En
un artículo anterior1
hemos indicado que el sector costero del valle de Mala, a diferencia de los numerosos
valles de la costa peruana, tiene una geomorfología muy singular: es
rectangular. La conformación cuadriforme de la planicie es conferida por las
estribaciones cordilleranas que limitan al angosto territorio en el sector
norte y oriental, encerrándolo frente al mar. Esta franja rectangular tiene una
extensión promedio, empleando la anacrónica unidad de medida usada por el científico
Haenke en 1795, de media legua
de ancho y una longitud de poco más de dos leguas.
Por sus dimensiones es, prácticamente, un oasis en el borde desértico
peruano o, según detalla Benjamín Vicuña Mackenna2,
un feraz valle en miniatura cuya existencia se debe al generoso río Mala. Para
aprovechar las áreas de tierra fértil en
las estrechas dimensiones del valle los primigenios habitantes, hasta el
período inca inclusive, erigieron sus viviendas y centros religiosos sobre las
laderas de las estribaciones de la cuenca y las prominencias cercanas al mar. Esta
práctica de respeto por la tierra lo podemos observar en los oteros que emergen
en la rectangular planicie.
Sobre
la superficie de los oteros que se elevan entre los feraces terrenos, se
edificaron viviendas y tumbas entre los períodos cronológicos Horizonte
Temprano y Horizonte Tardío; las estructuras arquitectónicas de estos sitios
arqueológicos han sido depredadas, y lo escaso que subsiste se encuentra en
latente peligro de desaparición, no han sido rescatados ni resaltados en su
real dimensión.
En mayo de 1862, el científico italiano Antonio Raimondi exploró las
alturas de Huarochirí ubicando el lugar de nacimiento3 del río Mala;
posteriormente, en setiembre del mismo año arriba a nuestro valle. El científico milanés, en su breve visita a Mala, el 23 de setiembre, describió como "cerritos"a los oteros que sobresalen en la franja costera.
Restos arqueológicos |
➽Agradeceré amigos lectores, en caso llegaran a emplear mis notas para labores de estudio u otros intereses, sírvanse indicar al autor del blog como su fuente de información en consideración a la propiedad intelectual.
OTEROS
Como
sabemos, se denominan oteros a los cerros aislados de poca altura y de forma algo redondeada,
que se elevan sobre una planicie o llanura. Los que destacan en la franja costera
maleña, ‘cerritos’ como los describió Antonio Raimondi en su visita a Mala, son: cerro Colorado, cerro Santa Enriqueta, cerro Piñón y
cerro Molino. Los cuatro oteros fueron considerados en el inventario y catastro
de Williams y Merino en 1974 y, dada su importancia, mantenidos en una
publicación del INC (Ministerio de Cultura) en el año 2001.
Cerro
Colorado
Se ubica en
el sector centro-oriental de la planicie costera, entre el pueblo de Mala y
Bujama Alta (en la zona de Santa Enriqueta), al margen del milenario camino de
los llanos, ruta principal del territorio que durante el coloniaje fue denominado
camino Real y que en la segunda década del siglo XX sería asfaltada conformando
la primera carretera Panamericana. Este otero es el de mayor dimensión y debe
su característico nombre al color de su superficie. Durante su visita de inspección
al lugar, Williams y Merino encontraron conjuntos de plataformas construidas de
piedras y adobes; señalaron que entre los disturbados restos de muros de
piedras, adobes sueltos aún abundaban restos óseos, cerámicas, tejidos llanos y
listados.
Cerro Santa Enriqueta
Es una pequeña colina aislada, de 30 m. de altura
aproximadamente, que se encuentra a unos 500 metros al sur de la casa hacienda
Santa Enriqueta. Existen restos de terrazas en tres
sectores de la colina, en las laderas oeste, este y sur. En los tres sectores
se hallaron cerámica perteneciente al estilo Puerto Viejo. En el
extremo Este del otero4 encontraron huellas de un importante edificio preinca confeccionado
con muros de adobón trapezoidal (se muestra en la fotografía de arriba) . Los cántaros y ollas encontrados muestran características del Horizonte Tardío asociados con el
estilo Puerto Viejo. Esto es indicador que la tradición local soportó la
invasión y conquista incaica.
Cerro Piñón
Se encuentra
a poca distancia al sur-oeste del cerro Colorado, a unos cien metros del margen oeste
de la antigua carretera Panamericana, entre totorales y platanales del sector. El
curioso nombre de este otero tendría su origen en su forma que, tanto de perfil
como desde una vista aérea, semeja a la semilla o fruto seco del Pino piñonero
europeo. Tal como ocurre con ciertos topónimos (entre ellos el nombre del valle)
la denominación surge por comparación con el aspecto de una referencia; en este caso, entre
la pétrea configuración de la colina con la forma de un fruto.
Williams y Merino encontraron en este lugar restos de terrazas y de
viviendas, muy destruidos pero con abundantes vestigios de restos textiles, y
claras señales de saqueo de fardos funerarios que alguna vez existieron en el
sitio.
En las laderas del otero hallaron restos textiles, esteras tejidas en
totora y cerámicas llanas y toscas de color marrón, asociados al estilo Puerto
Viejo.
Cabe
mencionar que el Ministerio de Cultura declaró patrimonio cultural de la Nación
a este monumento arqueológico prehispánico. En el mes de noviembre de 2010
emitió varias resoluciones viceministeriales; entre las cuales una en especial
para este lugar, en la que especifica las características del sitio y ordena su
inscripción en Registros Públicos y en el Sistema de Información Nacional de
los Bienes de Propiedad Estatal (SINABIP) estableciendo, además, que ningún
tipo de proyecto podrá alterarlo o ponerlo en riesgo.
Cerro Molino
Es una pequeña elevación pétrea que se encuentra cerca
a la carretera entre el poblado de La Huaca y la playa Las Totoras, próxima al río,
y frente al actual intercambio vial de la moderna y litoral autopista;
recordemos que esta vía reemplazó a la antigua carretera Panamericana que por casi
tres cuarto de siglo cruzara por el distrito de Mala. Este otero es un
‘cerrito’ que a menudo pasa desapercibido.
El promontorio rocoso, que a lo lejos semeja una
pirámide truncada, se encuentra en los terrenos que perteneció a la
desaparecida hacienda El Salitre. Williams y Merino encontraron en las laderas de este otero vestigios
de tumbas sencillas, algunas con revestimiento de
piedra canteada de forma circular con una profundidad de unos cinco metros.
También hallaron un corte de antigua basura vegetal, conchas
de moluscos y un piso apisonado que denotaría ocupación doméstica, con
abundante fragmentos de cerámica, toscos y sencillos que pertenecerían al antiguo
estilo local.
Este sitio arqueológico fue inventariado en la década de los '70 sin
especificar el período cronológico de su desarrollo; de igual manera en una publicación de
inventarios del año 2001 el INC lo presenta como un sitio con filiación cultural
N.D. (No determinado); este lugar es uno de los asentamientos más antiguos del valle costero en la jurisdicción del distrito de Mala, tal como lo reseñamos en el libro.
En
este otero sería instalado un molino, pero que cumplía funciones diferentes5; este molino es el origen
de su nombre que aún perdura. En aquellas épocas el espacio territorial de la
antigua hacienda era conocido con otro nombre similar y en el lugar se explotaba una
materia prima muy requerida, del molino colonial no quedan huellas.
A MANERA DE CONCLUSIÓN
Pedro de Alconchel, al asumir la encomienda de Chilca y Mala dispuso, como lo hicieron a lo largo del territorio imperial ‘conquistado’, que los habitantes nativos abandonaran sus antiguos asentamientos de las laderas y colinas y los ubicó, para un mejor control de los aborígenes, en un ‘asiento’ o ‘reducción de indios’ sobre un área de terreno fértil, que a la larga sería la formación previa del actual pueblo de Mala.
A MANERA DE CONCLUSIÓN
Pedro de Alconchel, al asumir la encomienda de Chilca y Mala dispuso, como lo hicieron a lo largo del territorio imperial ‘conquistado’, que los habitantes nativos abandonaran sus antiguos asentamientos de las laderas y colinas y los ubicó, para un mejor control de los aborígenes, en un ‘asiento’ o ‘reducción de indios’ sobre un área de terreno fértil, que a la larga sería la formación previa del actual pueblo de Mala.
SOBRE EL TEMA TRATADO Y EL LIBRO
Amigo lector espero que este artículo y los ya publicados, hayan sido de tu interés.
Este tema es uno de los trabajos de investigación desarrollado en el libro que será de gran utilidad
para el estudiantado, el turismo y la colectividad interesada en la historia de Mala.
En el
libro encontrarán material y fuentes bibliográficas que les permitirán emprender
futuras indagaciones, aún no he logrado publicarlo (estoy en búsqueda de algún mecenas o
auspiciadores que apoyen la difusión de la cultura para concretarlo; ver enlace http://malagenerosa.blogspot.pe/2013/08/el-libro.html), mientras tanto
anhelo seguir contando con su atención e interés en este blog. De esta manera
apoyarás en la difusión de mi trabajo de investigación sobre la etimología,
historia y tradiciones del milenario pueblo de Mala.Y, algo importante, la potencial y naciente área
turística distrital dispondrá de elementos muy bien fundamentados para mostrar
los lugares históricos del valle porque, como es sabido, el Turismo va de la
mano con la Historia ¿cómo promocionarás a tu pueblo, a tu valle si la
desconoces?
➽Amigos lectores y amigos blogueros, interesados en conocer la historia de
nuestros pueblos, espero sus comentarios, críticas y sugerencias.
NOTAS
2 Ver
artículo anterior: “Precisiones sobre el Título del Blog: Mala-Valle Generoso,
Pueblo Milenario”(http://malagenerosa.blogspot.pe/2013/05/precisiones-sobre-el-titulo-del-blog.html)
3 Raimondi puntualizó lugar de origen del
Río Mala ver en http://malagenerosa.blogspot.com/2014/01/de-las-cumbres-del-pariakaka-al-mar-de.html
4 Raimondi pasó
por este cerrito y después de cruzar el puente sobre una ancha acequia tomó
un descanso antes de ingresar a Mala. Sobre la estadía de Raimondi en Mala
se desarrolla en el Capítulo 12 de la Parte "Mala en la
historia" de mi libro "Mala. Valle Generoso, Pueblo Milenario" (http://malagenerosa.blogspot.pe/2013/08/el-libro.html),
aún sin publicar.
5 Parágrafo
‘Las transferencias tecnológicas y la producción Maleña’, Capítulo 10 de
la Parte II (Mala en la historia) del libro de mi autoría: “Mala, Valle generoso, Pueblo Milenario” (http://malagenerosa.blogspot.pe/2013/08/el-libro.html) aún
inédito.
AVISO
Agradeceré amigos lectores, en caso
llegaran a emplear mis notas para labores de estudio u otros intereses, sírvanse
indicar al autor del blog
como su fuente de información (en consideración a la propiedad intelectual).
Felicitaciones por difundir nuestra cultura maleña :) ... Cerro Molino, mi hogar :) Diana L.
ResponderBorrarGracias por leer mis artículos, amiga Diana L., yo nací en La Huaca. Comparte mi blog entre tus amistades para que tomen conocimiento de nuestra historia local. También estoy en Facebook. Saludos.
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